jueves, 8 de noviembre de 2007







Carta a los Consejeros Nacionales del PDC en vistas de la definición partidaria respecto a la LGE que finalmente fue aprobada en dicho Consejo. Votaron en contra los camaradas: Alejandra Sepúlveda, Marcelo Ortiz, Jaime Mulet, Myriam Verdugo, Carlos Olivares y Hernán Bosselan entre otros.

Hace un par de semanas se realizó el Congreso Ideológico de la Democracia Cristiana, una instancia tan participativa y contundente en sus resoluciones que muchos camaradas no podemos evitar aplaudir con orgullo y satisfacción; sin duda un éxito para el partido y porque no decirlo, también para la gestión de la camarada Presidenta Nacional Soledad Alvear. Participé junto a Francisco Jiménez en la Comisión de Educación e hice saber a quienes allí participaron mis opiniones y en particular una propuesta referida al modelo de gestión educacional, las mallas curriculares y el financiamiento. En este último punto se hablaba del tema más controversial de la comisión y resuelto por casi unanimidad (48 de 52 votos) estableciendo lo siguiente:

"la educación privada, que recibe financiamiento estatal, debe ser administrada por personas jurídicas sin fines de lucro; éste no debe estar presente en la educación subvencionada. Como humanistas cristianos entendemos que el lucro no contribuye al verdadero espíritu de la labor educativa, que no es otra que colaborar a la formación integral de las personas y comunidades, y para ello es necesario que los recursos que se destinen a la educación sean usados integralmente para ese fin"

Sin embargo algunas personas aisladas y ofuscadas por conflictos de interés se negaron a reconocer válido el acuerdo argumentando operaciones políticas propias de mafiosos y argumentaron que el acuerdo que pone fin al lucro será uno de los puntos que se deben transar con la derecha. A esto, como Comisión Secundaria de la JDC, respondimos respetuosamente basándonos en la lógica misma e ineludible del Congreso y que es que los acuerdos logrados se respetan al pie de la letra pues son vinculantes y además la Mesa Nacional y el Tribunal Supremo deben ser responsables de sancionar la indisciplina con respecto a este punto.

Es difícil explicar la alegría que es para nosotros los secundarios la resolución educacional del PDC pues significa la ratificación de los principios esenciales de las Movilizaciones Secundarias 2006 y 2007 en las cuales participamos, defendiendo el derecho que tenemos los Social Cristianos de dirigir la sociedad en todas sus áreas, es por ello que junto a dirigentes universitarios de la juventud canalizamos esa alegría en nuestros campos de acción ensalzando al partido por esta lucha histórica que nos engrandece. Sin duda es sorprendente el apoyo concitado a la causa que hemos emprendido.

Todo lo anterior ocurría hasta hace pocos días cuando recibí la noticia que no deja de sorprenderme y es que dirigentes estarían relativizando la decisión de un modo tal que hace calzar con el “Acuerdo Nacional” que promueve la derecha y el Gobierno (ambos juntos, que curioso). Por este motivo es que se me hace un deber el establecer los siguientes puntos:

1.- Discusión primero, resoluciones democráticas después y disciplina en la acción. El Congreso Ideológico fue la instancia de discusión y resolución, la disciplina del militante entonces es un deber ineludible, a esto se suma que ésta debe ser de acuerdo a la lógica de jerarquía del PDC, esta es en orden, el Congreso, después la Junta y el Consejo Nacional y que ninguno puede eludir lo que le dicta la instancia mayor. La disciplina debe regir para todos, en especial para quienes ejercen cargos públicos, en esto debe también hacerse valer un imperativo ético.

2.- El acuerdo o consenso no es “Nacional” sin el respaldo de la Democracia Cristiana, éste debe ser entendido como la voluntad de todos los partidos acorde a sus posiciones ideológicas correspondientes y no por un respeto al pacto o al acuerdo, esto debido a que el no lucro con la educación y la no selección son principios esenciales y no una mera discusión política momentánea.

3.- Es necesario dejar la lógica de transición en la cual todos los acuerdos posibles son necesarios para sustentar la democracia, éstos son aplicables al aspecto político y organizacional del Estado pero jamás a las materias sociales, es necesario saber y comprender que cuando se transa con la derecha es ésta la que gana porque las estructuras del sistema se mantienen intactas y se conserva la desigualdad y el aprovechamiento de unos pocos, hemos esperado más de 20 años por respuestas y ante la primera oportunidad de hacer cambios no podemos permitirnos hacerlos, transando nuestros valores y desconociendo los logros obtenidos. Antes, nosotros teníamos que ir a convencer a la derecha de que el lucro en la educación es malo, ¡Ahora son ellos los que intentan convencernos de lo contrario¡

4.- Aprobar un proyecto de ley de ésta categoría significa cerrar la discusión con respecto al lucro y abrir el camino para que la lógica de transar nuestras convicciones se aplique mas adelante ¿Acaso transaremos la desmunicipalización de la educación por una “municipalización más regulada”?. ¿Hasta cuando este partido seguirá profundizando y perfeccionando el modelo que nos dejó la dictadura, ya hay democracia, ya hay gobernabilidad, ¿y la Justicia Social cuando?

5.- La derecha dentro y fuera de la Concertación tiene miedo, miedo de los cambios, han sacado a relucir lo que realmente son, conservadores con tintes de liberalismo económico y no hay que seguirles el juego, las tendencias que aspiran a cambiar el Sistema Educacional vienen de todas partes, para la Alianza el lucro regulado es un salvaguardas, con éste detendrán el proceso que amenaza con acabar con sus intereses económicos y políticos con la educación chilena.

6.- El tema no es solo técnico, también pasa por una lógica comunicacional, el PDC se anotó un punto que innegablemente es muy favorable frente a la gente y en especial hacia la juventud por los acuerdos logrados, lo anterior no es menor para nosotros que defendimos éstos principios con la carga de un PDC con ministro, gran mayoría de sostenedores y defensores del sistema democratacristianos. Por otro lado no hay que olvidar que la gente nos considera un Partido “amarillo”, “que no es ni chicha ni limonada” y que somos los más divididos y conflictivos internamente, opiniones que se confirman con encuestas hechas por el mismo PDC, lo anterior es de extrema gravedad porque todas aquellas criticas se verían plasmadas en la decisión de apoyar el acuerdo con respecto al lucro, primero porque diputados ya han manifestado su rechazo al acuerdo, y segundo porque a tres semanas del Congreso Ideológico estaríamos transando en un punto esencial de éste, ¿como podremos ir a convencer a la gente de nuestras ideas si ésta cree que las vamos a transar al primer obstáculo?

7.- No aprobar el proyecto es una decisión muy certera que requiere de unidad, demostrarle al país que somos consecuentes con lo que decimos y hacemos, significa además moverles el piso a nuestros aliados del PS y el PPD que últimamente se han sentido desplazados por la visión vanguardista y progresista de nuestro partido. Y aunque la medida fuese impopular cosa que es absolutamente insostenible, no debemos cambiar ni una coma de las resoluciones del Congreso, ni aunque fuese por un millón de votos

Los llamo a conquistar los espacios y las instancias de participación para impedir que el Consejo Nacional tome una decisión que resulte contraria al Congreso y a sus militantes, a publicar declaraciones, mandar cartas y generar un diálogo abierto y tolerante que nos permita resolver este conflicto de una forma desinteresada y democrática, que no tiña nuestra honra y que nos haga orgullosos de lo que somos, un partido de vanguardia progresista que es consecuente y perseverante donde no caben los intereses económicos de unos pocos ni menos las aspiraciones conservadoras de otras. Con nuestro esfuerzo y compromiso se acaba el negocio de unos pocos y empieza el sueño de muchos.