martes, 17 de abril de 2012


El 01 de Abril pasado se realizaron las primeras Primarias Municipales en la historia democrática de nuestro país. Una vez más de manera artesanal la Concertación organizó por su cuenta este mecanismo para resolver sus diferencias consultando a la ciudadanía; en esta ocasión, a nivel comunal.
De este proceso podemos obtener diversas conclusiones de distinta índole que resultan de gran utilidad para los desafíos electorales del conglomerado opositor y del país:

1. Los primeros aprontes o consecuencias del voto voluntario: Las primarias no solo no están reguladas por el Servicio Electoral sino que además se aplicaron utilizando el padrón antiguo, es decir, basado en los inscritos en los registros electorales hasta el 30 de noviembre pasado, lo que excluye a buena parte de la población que sí podrá sufragar en la elección general, sobre todo a la población juvenil. Lo que observamos son dos consecuencias evidentes:

a. Males anunciados: Las principales críticas a la implementación del voto voluntario en nuestro país iban dirigidas al comúnmente llamado “acarreo” o clientelismo que se podría ver el día de las votaciones y al consiguiente encarecimiento de las campañas electorales. Ambas están relacionadas porque la voluntariedad del voto permite o facilita que se den prácticas clientelistas aumentando el gasto en campaña que deben desembolsar los candidatos para asegurar el triunfo, toda vez que el proceso de movilización de electores voluntarios requiere un mayor grado de compromiso y conciencia política.

Dichos males se confirman en las primarias donde el famoso “acarreo” se dio de manera generalizada en las distintas comunas del país. Ahora bien, confirmado el mal, la solución es prevenir y estudiar medidas que permitan mitigarlo y evitar que en las elecciones generales prime el cohecho por sobre la voluntad de los ciudadanos de participar de los procesos políticos, ya sea mediante medidas de corto plazo como aumentar los locales de votación o subsidiar al transporte público el día de la elección, o medidas de largo plazo como implementar la educación cívica de forma obligatoria en el currículo escolar.

b. Las diferencias en la participación: Un elemento expresado en las recientes primarias que debe ser tomado en consideración son las diferencias sustanciales que existieron entre las comunas de menor a mayor tamaño; si bien la participación en las primarias a nivel nacional fue de un 9,6%, al analizar los números observamos que si dividimos en dos grupos, las comunas de menos de 30.000 electores (principalmente rurales y de regiones) de aquellas con mayor número (principalmente urbanas de la región metropolitana)podemos ver que en las primeras se alcanza un nivel de participación de 16,7% mientras que en las segundas un exiguo 6,4%. Esto revela (o confirma) un menor interés en sectores mayoritariamente urbanos de hacerse parte de los asuntos políticos que afectan el desarrollo comunal.



Las variables señaladas nos sirven para aplicar medidas preventivas a fin de evitar efectos no deseados en las elecciones de octubre próximo.

2. Los resultados para los partidos: Se suele decir al momento de analizar las elecciones que estas no se ganan ni se pierden, se explican. El tema es cuáles son los criterios que nos permiten analizar este resultado; a mi juicio son tres:

a. El resultado general: El criterio más obvio a utilizar si se quiere evaluar el resultado electoral en una elección es contabilizar los votos que obtiene cada colectividad, para lo cual utilizamos dos criterios: primero, el total de votos en las Primarias en general, y luego, en particular, sumando solo el porcentaje de votos obtenido en las comunas en que cada partido presentó un candidato:


Vemos que la Democracia Cristiana se impone por sobre sus pares, resultado que se distingue también en los siguientes criterios. Destaca que pese a ser pocos candidatos independientes (17), estos obtienen un buen resultado en las comunas en que compiten, incluso mejor al del Partido Radical.



b. Comunas Emblemáticas: Un segundo criterio, de menor importancia estadística pero de gran relevancia comunicacional y política consiste en analizar los resultados de la elección en las capitales regionales más las dos comunas con mayor población de la región metropolitana (Maipú y La Florida) en que se desarrolló el proceso de primarias. El resultado es el siguiente:


Como vemos, nuevamente la Democracia Cristiana se impone con claridad, seguida esta vez por el Partido Radical (en ambos casos, polémicos triunfos compartidos con la DC en perjuicio del PS) y los candidatos independientes que destacan en la zona norte del país. El mal desempeño del Partido Socialista es aún más gráfico si consideramos que es derrotado en prácticamente todas las demás comunas con excepción de Antofagasta (donde no compite) y Puerto Montt. A esto se suma la derrota en La Serena en donde competía un alcalde de sus filas, en ejercicio los últimos ocho años.



c. Elegibilidad: El criterio, a mi juicio, de mayor relevancia es el de la elegibilidad, pues lo que buscan obtener los partidos, incluso, por sobre la votación que obtengan, es que sus candidatos resulten victoriosos en las elecciones y puedan competir en Octubre como candidatos únicos del conglomerado. De acuerdo a este criterio el resultado es el siguiente:


Nuevamente se impone la Democracia Cristiana por sobre el resto de los partidos y se observa, otra vez, un desempeño deficiente del Partido Socialista y los Radicales; los primeros obtienen el mismo resultado que el PPD presentando 8 candidatos más y los segundos eligen menos de un tercio de los candidatos que presentan, demostrando, a lo menos, una mala estrategia electoral.


3. El debate de fondo. Las primarias tienen un efecto o persiguen un resultado obvio, que es necesario resaltar. Estas restringen o debilitan el poder decisional centralizado de los partidos y por tanto su propia autonomía, lo que tiene como efecto positivo el delegar estas facultades en los simpatizantes y adherentes por sobre los militantes generando un clima de mayor participación. Pero, por otro lado, también resienten o limitan la posibilidad de que los partidos lleven a cabo procesos de renovación o de otro carácter puesto que las reglas deben ser claras e iguales para todos; por ejemplo, si un candidato cuestionado ética y no legalmente cumple con los requisitos que se exigen, nada impide que puedan participar.
Las primarias de la Concertación han revelado lo anterior siendo muy debatido el triunfo, tanto de la Democracia Cristiana como también de otros partidos, de candidatos considerados “del pasado”, como ex alcaldes o ex diputados, lo que, dicho sea de paso, también afecta si se considera que el padrón de las primarias no será el mismo que en la elección general. Esto quiere decir que un partido o la coalición misma, aunque quisiesen no podrían facilitar la renovación pues las primarias favorecen a los candidatos que mantienen una votación dura y fiel, fruto de una historia de triunfos y derrotas por sobre aquellos que, quizás con mayor aceptación ciudadana, están dando sus primeros pasos en la actividad política y pretenden innovar en los proyectos comunales.
Al poco control que los partidos tienen sobre la promoción de ciertos objetivos electorales, se suma la imposibilidad de aplicar en concreto medidas de discriminación positiva, como explican René Jofré y Danae Mlyrnarz* las candidatas obtienen prácticamente igual o incluso mejor desempeño que los hombres en cuanto a elegibilidad y, sin embargo, su participación tanto de la competencia como del resultado es considerablemente baja (16,07% y 15,6% respectivamente).
A todo lo anterior, hay que sumar que las primarias dejan pendiente la evaluación principal respecto a su efectividad ¿serán capaces los candidatos triunfadores de ganar la elección general? Está por verse.

No obstante lo anterior y las críticas que puedan formularse al mecanismo, la elección sirve de experiencia para perfeccionarlo, lograr su regulación jurídica, y además, representar una tremenda oportunidad para que el bloque opositor logre superar una de las principales dificultades que tuvo que enfrentar en la elección anterior; a saber, los numerosos díscolos que impidieron configurar una mayoría en diversas comunas del país facilitando el triunfo de la derecha. Por lo demás, hay que destacar que se marca un contraste importante con la coalición oficialista cuyos candidatos siguen eligiéndose mediante la repartición de cupos entre los máximos líderes de sus partidos y la regla de “el que tiene mantiene”, no mostrando interés alguno de dotar al proceso de selección de candidatos de mayores niveles de participación.
La suerte está echada, ahora solo queda esperar y ver los resultados.


*.  Primarias e Igualdad de Género: ¿No van de la mano?. Fuente: http://www.danaemlynarz.cl/tag/primariasconcertacion