sábado, 8 de enero de 2011


Estimado Presidente Nacional Jorge Cash

Mesa Nacional de la Juventud

Camaradas miembros de la Junta Nacional


Ninguna Juventud política en Chile tiene una historia como la nuestra, en efecto, ningún otro partido en nuestro país ha nacido precisamente desde un pequeño grupo de jóvenes como lo fueron hace ya más de 70 años, los fundadores de la Falange Nacional.

Fue la juventud social cristiana la que lideró la defensa de los más humildes y el mensaje de la Iglesia Católica al interior del anquilosado partido conservador, y esa misma juventud la que les dio la espalda cuando vieron que la derecha no era el camino hacia la justicia social, porque en su ADN corría una gran atracción por la concentración económica y la exclusión social.

Fue esa misma juventud la que inició una travesía por el desierto que duró largas dos décadas, con la convicción de que el esfuerzo y el testimonio de sus grandes líderes encontraría respuesta en el pueblo chileno.

Y con esa misma fuerza y convicción, esa juventud recorrió Chile en 1964 logrando el triunfo de Eduardo Frei, el que lideró uno de los gobiernos más transformadores del Siglo XX y que cambió para siempre el destino de nuestro país.

Era esa juventud que poderosa, aún pese a los quiebres internos, era capaz de ganar todas y cada una de las Federaciones de estudiantes secundarios y universitarios en los tiempos de la UP, derrotando a una izquierda que ponía sus esperanzas en el auge de Neruda, Victor Jara y Quillapayún.

Una juventud DC que enfrentó a la dictadura y recuperó la democracia.

Y hoy, en este momento tan difícil para las fuerzas que se han denominado progresistas, y para nuestro partido que pese a vagos intentos, se encuentra aún en una pendiente negativa perdiendo la confianza de la gente, nuestra Juventud parece haberse agotado con la misma rapidez.

Lo que planteo no es ninguna novedad, es un proceso en que todos somos responsables.

Pero la desconfianza de los jóvenes con la DC solo es una consecuencia de la disconformidad con la forma en que nuestro partido y la concertación gobernaron en los últimos años.

Lo digo camaradas, porque lo primero que debe hacer esta Junta Nacional el día de hoy es una análisis crítico de la derrota presidencial, es inexplicable como nuestro partido y el resto de la coalición se han vendado los ojos y han preferido evitar esta discusión.

Pero por dios que es relevante la autocrítica, no para sentirnos los rebeldes sino para que en el futuro corrijamos el rumbo y seamos capaces de enmendar las cosas.

Como puede esperar la Democracia Cristiana recuperar la confianza de los jóvenes cuando hace tan solo 4 años, ante la movilización de más de 1 millón de estudiantes, el gobierno de la concertación en vez de responder a la demanda ciudadana y a la oportunidad histórica de arrinconar a la derecha en el Congreso, la Presidenta optó por darle la espalda a los secundarios enviando proyectos de ley que en nada atienden los problemas de la crisis educacional chilena.

Como puede esperar recuperar la confianza de los jóvenes, que exigen libertad de expresión cuando la represión ejercida por nuestros gobiernos llegó a niveles insospechados en plena democracia, quienes estuvimos en esas posiciones lo conocimos de cerca cuando éramos detenidos cientos de estudiantes, entre ellos camaradas, que para el gobierno no éramos más que lumpen o violencia organizada.

Para que hablar de la forma en que se enfrentaron las movilizaciones de subcontratistas y profesores sumado a la persistente negativa de sectores liberales en el gobierno a enviar reformas laborales y la AFP estatal.

Discúlpenme camaradas, pero se ha instalado en Chile y por parte de gente en la Concertación, que el gran responsable de la derrota fue el Presidente Frei, no podemos aceptar tal falacia cuando él fue el único que tuvo el coraje, la garra y la energía para hacerse cargo de una coalición desorientada y atomizada, el único que estuvo dispuesto a competir cuando otros ponían condiciones sin poner nada de su parte, y otros populistas como Marco Enríquez renegaban de la concertación.

Los mayores responsables estaban en el gobierno, formando parte de esa transversalidad liberal protegida por la presidenta que negó a los chilenos mayores estándares de justicia social, también en la diáspora de la izquierda y su ofensiva campaña contra nuestro partido y también, digámoslo con franqueza, en candidatos a diputados que renegaron en sus campañas de Frei y la Concertación.

Entonces camaradas, tenemos como JDC dos opciones, o adherimos a la historia oficial de que perdimos porque lo hicimos fantástico y solo fue el desgaste, o hacemos la autocritica recogiendo las críticas de la gente para rearmarnos como partido y volver a hablarle a Chile con propiedad.

Debemos decirle a la Concertación que “Si cierran la puerta a todos los errores, también la verdad se quedará afuera”

Intentar avanzar hacia el futuro haciendo caso omiso del pasado, es pan para hoy y hambre para mañana.

En segundo lugar, debemos ser capaces de reestructurar el frente, un partido sin una organización efectiva simplemente se reduce a una declaración de buenas intenciones, es necesario adecuar la Juventud a los nuevos tiempos para desterrar de la primera línea las discusiones infructíferas respecto al padrón y reformular profundamente todas las estructuras.

La triste realidad es que más allá de los problemas del padrón no somos actualmente un frente de masas, si en la última elección votaron solo 1400 militantes.

En tercer lugar nuestro desafío es tener una voz propia, una opinión respecto a lo que debe hacer nuestro partido hacia el futuro y formular propuestas para enriquecer el debate y difundir en la juventud chilena un mensaje propio, consecuente, coherente y consistente.

Un partido sin ideas, es un intrumento sin sentido.

¿Cuál es la opinión de los jóvenes DC en educación? Seremos capaces de tener una voz frente al espíritu de lucro que ha socavado la educación chilena.

Que diremos respecto a la educación superior donde una elite de universidades que forman parte del consejo de rectores se han transformado en un club de amigos de dudoso rol público. O respecto a las universidades privadas con sistemas de admisión humillantes como la matricula por orden de llegada.

O que opinión tendremos en temas tan diversos pero relevantes para el desarrollo del país como la minería en que las empresas mineras multinacionales que explotando dos tercios del cobre chileno aportan al país menos que Codelco que explota tan solo el tercio restante, pues campea la evasión tributaria pues solo 2 de más de 40 empresas de la gran minería han pagado impuestos esporádicamente en las últimas décadas , todo a vista y paciencia del partido que lideró alguna vez Radomiro Tomic, gran defensor de una política nacional del cobre.

O que somos capaces de decir respecto a los derechos de los consumidores, el gran tema del siglo XXI, cuando las Isapres establecen tasas abusivas especialmente para las mujeres y las AFP obtienen utilidades obscenas mientras se proyectan pensiones indignas para los chilenos, para que hablar de la banca y la forma en que han esclavizado a la clase media.

En fin camaradas, hay tantas materias en que podemos dar una respuesta a la luz de nuestra doctrina y que de hacerlo, pondrían a nuestra juventud en la vanguardia, con el ánimo más fuerte que nunca para construir un país distinto, con un modelo económico distinto, mucho más centrado en las personas y orientado a defender a aquellos que más lo necesitan.

Sin más camaradas, quiero proponerles un voto político con los siguientes puntos que pude plantear durante la reciente campaña y que fueron suscritos tanto por Esteban Vega como por Jorge Cash:

PRIMERO: Que esta Junta convoque en el corto plazo a un Congreso Ideológico y Programático en que los jóvenes demócrata cristianos le hablen a chile y manifiesten sus ideas con claridad.

SEGUNDO: Que una vez concluido dicho Congreso, mandaten a nuestra Mesa Nacional a confluir con otros partidos de centro izquierda en una Convención de Juventudes en que podamos concluir con un documento que sea nuestra propuesta para integrar en un futuro programa de Gobierno.

TERCERO: Que el Consejo Nacional electo el día de hoy conforme una comisión que proponga a la próxima Junta un Nuevo Estatuto que acomode nuestra organización al siglo XXI.

CUARTO: Que solucionemos nuestra larga y lamentable discusión respecto al padrón solicitando a la directiva nacional del Partido un refichaje y estableciendo en el nuevo estatuto que la administración del padrón de militantes de la JDC que sean mayores de 14 y menores de 18 pase a manos de la juventud.

QUINTO: Que la Mesa Nacional convoque a una reunión entre todas las DCU a nivel Nacional para crear una orgánica propia de ellas que permita de una vez por todas aunar esfuerzos para tener una postura en común a nivel universitario.

Para finalizar camaradas, solo hacerles un llamado a que por sobre todo, no perdamos la capacidad de sorprendernos y de soñar un mundo distinto.

La realidad en el mundo es un verdadero desafío, estamos terminando una transición entre el siglo pasado y ya comenzamos a vislumbrar el mundo que nos tocará enfrentar, uno donde prima el capitalismo sin contrapesos y el individualismo se expande por todos los rincones del mundo y vemos como la política se ve desacreditada ante el dominio del dinero y los poderes fácticos que se extiende por todos los continentes, donde la unipolaridad cede ante una bipolaridad curiosamente entre dos potencias capitalistas donde la democracia y la soberanía se ven difusas, donde los partidos de izquierda asumen la socialdemocracia y la mayoría de ellos gobiernan utilizando modelos económicos en los que dicen no confiar, donde los partidos de derecha se camuflan con el discurso de la izquierda para llevar adelante sus programas liberales, donde las sociedades del mundo se visten de valores que no practican y la desigualdad parece ya tolerarse como algo cotidiano y la solidaridad desaparece tras el manto de la caridad, donde en nombre de la libertad se producen las más grandes atrocidades sin un orden mundial suficientemente valiente para detenerlas, donde si no reina el desinterés se impone el miedo y en consecuencia la inercia, etc.

Es en este mundo donde debemos ser alternativa, donde debemos difundir nuestras ideas y valores, donde debemos volver a ser la esperanza de un nuevo amanecer y representar los valores cristianos acogiendo los llamados de la Iglesia a conquistar los corazones de las personas que se sienten desamparadas en un planeta en que los poderosos los miran con indiferencia. La democracia cristiana fue grande porque entendió que para serlo debía aspirar a más que a un puesto en el gobierno o a una o dos decenas de parlamentarios, debía ser un faro en América Latina, para todos los pueblos sin distinción, una propuesta democrática y popular, de cambio y transformación para reinvindicar las grandes aspiraciones de progreso y desarrollo con igualdad y libertad.

No perdamos nunca la capacidad de soñar, como nos enseña el periodista uruguayo Eduardo Galeano

“La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.

MUCHAS GRACIAS